MENSAJE DEL PADRE OBISPO MAXI
CON OCASIÓN DE LA JORNADA MUNDIAL DE LOS ABUELOS

“Feliz el que no ve desvanecerse su esperanza” (cf. Si 14,2)

 

Queridos hermanos y hermanas:

La Jornada Mundial de los Abuelos y las personas mayores vuelve a congregarnos, este año en el clima espiritual propio del Jubileo. El tema de la esperanza está en el centro del mensaje que el Papa León escribió para esta Jornada[1], donde nos invita a que “cada parroquia y grupo eclesial se convierta en protagonista de la revolución de la gratitud y del cuidado, visitando frecuentemente a los abuelos, creando para ellos y con ellos redes de apoyo y de oración, entretejiendo relaciones que puedan dar esperanza y dignidad al que se siente olvidado”.

En esta Jornada, como han escrito mis hermanos obispos[2], “no podemos callar ante el dolor que atraviesan muchos adultos mayores y abuelos en nuestro país. Aun habiendo trabajado toda la vida, en muchos casos dependen de sus familias para subsistir. Nos duelen esas escenas cotidianas de abuelos y abuelas en las farmacias, teniendo que elegir qué medicamento de los recetados pueden comprar y cuáles deben dejar. El recorte de recursos en áreas sensibles se traduce, en la práctica, en un abandono silencioso, cuando la vida de nuestros mayores se vuelve rehén de decisiones políticas que no los tienen en cuenta”.

Mientras saludo de corazón a tantos abuelos y abuelas que enriquecen la vida de nuestras comunidades, quiero agradecer de manera muy especial a todos los grupos, voluntarios, ministros de la comunión, servidores y servidoras de nuestras comunidades que, con admirable constancia y sensibilidad, visitan hogares, residencias y asilos de ancianos a lo largo y ancho de nuestra diócesis. Son muchos, y sabemos que también es grande la población de personas mayores institucionalizadas que necesitan de cercanía y consuelo. Gracias por llevarles la comunión, la oración compartida, la escucha de la Palabra, el afecto y la alegría de la visita. Gracias por ser Iglesia presente, por animarlos con ternura, por celebrar con ellos y por hacerles sentir que no están solos. Agradezco también de corazón a los sacerdotes, diáconos y ministros que, con entrañas de misericordia, se acercan con especial dedicación a nuestros adultos mayores, siendo testigos del amor de Cristo que nunca abandona.

Que esta Jornada de los Abuelos sea un signo de esperanza en el camino de nuestras comunidades y de toda nuestra sociedad. Los acompaño con mi bendición,

☩ Padre Obispo Marcelo (Maxi) Margni
Obispo de Avellaneda-Lanús

Avellaneda-Lanús, 26 de julio de 2025.

[1] Mensaje del Papa León XIV para la V Jornada Mundial de los Abuelos y las personas mayores: https://www.vatican.va/content/leo-xiv/es/messages/grandparents/documents/20250626-messaggio-nonni-anziani.html
[2] Mensaje de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina para la V Jornada Mundial de los Abuelos: https://episcopado.org/ver/4611