VIERNES SANTO

 

Este viernes santo nos encontramos, hoy como ayer, ante el dolor profundo de Cristo y el de nuestro pueblo, reflejado en la realidad cruda y despiadada que vivimos día a día en nuestra Argentina injusta, empobrecida y violenta. Los dolores del pueblo se entrelazan con los dolores del Cristo crucificado, y en medio de esta realidad desgarradora, debemos escuchar el silencio profético de la cruz que señala una Pascua nueva.

Escuchamos los clamores de nuestro pueblo, clamores de trabajadores despedidos, de comedores sociales sin alimentos, de jubilados con ingresos insuficientes para vivir dignamente. La injusticia y la violencia se multiplican en nuestras calles, mientras algunos pocos siguen enriqueciéndose frente al sufrimiento de muchos.

Nos encontramos en un tiempo de profunda crisis, donde las decisiones políticas parecen correr el riesgo de alejarse cada vez más del bien común y de la justicia social. El abuso de poder, las burlas, las medidas autoritarias y los intereses económicos por encima de la vida de los más vulnerables nos recuerdan la pasión de Cristo, que fue entregado, entre otras cosas, para que los privilegiados de siempre no pusieran en riesgo sus poderes, sus placeres y sus riquezas.

Pero en medio de este sufrimiento, siempre estamos a tiempo de cambiar el rumbo. La conversión nos llama a mirar al hermano, a cuidar la vida de cada uno de nuestros conciudadanos. Es tiempo de solidaridad, de justicia y de paz. Es tiempo de re construir una Argentina donde todos tengan un lugar digno y una oportunidad para vivir en plenitud.

Hoy, en este viernes santo, levantamos nuestra voz, como comunidad creyente, en defensa de los más vulnerables, en denuncia de las injusticias que se cometen, y en llamado a la conversión de todos, de los violentos delincuentes y de todos aquellos que tienen en sus manos el poder de cambiar esta realidad.

Que la pasión de Cristo nos inspire a trabajar por un mundo más justo y fraterno, donde el amor y la solidaridad sean los pilares de nuestra sociedad.

Que en esta Semana Santa podamos encontrar en la cruz de Cristo la fuerza y la esperanza para seguir luchando por un futuro mejor para todos. Amén.

 

Padre Obispo Maxi Margni
Obispo de Avellaneda-Lanús