FIESTA PATRONAL DE LA GRUTA
“NUESTRA SEÑORA DE LOURDES”
Bajo el lema “Virgen de Lourdes, venimos como peregrinos a tener en tus manos de madre nuestra esperanza”, la comunidad de Lanús celebró con fe y devoción a su Patrona el martes 11 de febrero.
Desde el 2 de febrero, la novena preparó el corazón de los fieles, guiados con esmero por el Padre Daniel Silva, párroco del Santuario, quien recibió a cada peregrino con calidez y dedicación. El día central, 11 de febrero, comenzó con la Misa de las 11.30, presidida por Monseñor Rubén Frassia, Obispo Emérito de Avellaneda-Lanús, quien fue recibido con gran alegría por la comunidad.
Por la noche, Monseñor Oscar López, Vicario General de la diócesis, celebró la Misa Solemne en la que resaltó en su homilía la esperanza como virtud esencial del cristiano, recordando el mensaje de la Virgen en Lourdes: “Dios actúa en nuestras vidas y nunca defrauda a quienes confían en Él”.
La celebración concluyó con un fervoroso aplauso y la bendición final, dejando en los corazones de los presentes la certeza de que, más allá de las tormentas —del cielo y de la vida—, la Virgen de Lourdes sigue siendo un refugio seguro.
HOMILÍA DE MONSEÑOR OSCAR LÓPEZ EN LANÚS
EN LAS FIESTAS PATRONALES DE NUESTRA SEÑORA DE LOURDES
La esperanza: virtud de la confianza en Dios
Monseñor Óscar López comenzó su homilía con una reflexión sobre la esperanza, destacándola como la virtud que nos lleva a confiar en los demás y, en especial, en Dios. Explicó que no puede haber esperanza sin confianza: cuando alguien reza sin creer que Dios puede concederle lo que pide, en realidad está rezando sin fe.
Tomando como referencia el Evangelio de las bodas de Caná, señaló cómo la Virgen María confió plenamente en Jesús, a pesar de que Él inicialmente pareció rechazar su pedido. “Hagan lo que Él les diga”, les dijo a los sirvientes, demostrando una fe inquebrantable. Así, la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes es, en esencia, una celebración de la esperanza: la confianza de la Virgen en Dios y la confianza de los fieles en la intercesión de María.
La elección de Bernardita: Dios confía en los pequeños
Monseñor López profundizó en la historia de las apariciones de Lourdes, resaltando que la Virgen se manifestó a Bernardita, una niña pobre, enferma y analfabeta. Recordó que, como en otras apariciones, Dios no elige a los poderosos, sino a los humildes. Lo mismo ocurrió con Juan Diego en Guadalupe, a quien la Virgen llamó “mi embajador muy digno de confianza”.
Dios elige lo que el mundo consideraría insignificante para llevar su mensaje. En este sentido, la Virgen depositó su confianza en Bernardita, y Bernardita, a su vez, confió en la Virgen. Esta confianza la llevó a enfrentar burlas y dudas cuando comenzó a escarbar en la tierra en busca de la fuente que la Virgen le indicó, mientras los demás la creían loca. Sin embargo, su fe y perseverancia transformaron Lourdes en un lugar de peregrinación y milagros.
El mensaje de Lourdes: una esperanza que no defrauda
El Vicario General destacó cómo la Virgen se dirigió a Bernardita en su propio dialecto, mostrándose cercana y comprensible. Cuando la niña transmitió el mensaje de la Inmaculada Concepción, los sacerdotes quedaron impactados, ya que era imposible que una niña analfabeta conociera ese dogma proclamado apenas cuatro años antes. Este hecho fue una prueba de la veracidad de las apariciones.
La historia de Lourdes, subrayó Monseñor López, nos recuerda que la esperanza cristiana no es ilusoria, sino que se fundamenta en la certeza de que Dios actúa en nuestra vida. Así como Bernardita puso su confianza en la Virgen, hoy los fieles depositan sus intenciones a sus pies, sabiendo que la esperanza en María nunca queda defraudada.
Conclusión: la Virgen nos mira con amor
Finalmente, Monseñor López invitó a los presentes a mirar a la Virgen con la misma confianza con la que Bernardita la miró. Recordó que, ante los ojos de la Virgen, todos somos hijos muy amados, y que ella nos cuida como cuidó a su Hijo Jesús.
Concluyó la homilía con un llamado a rezar con fe, convencidos de que Dios escucha nuestras súplicas. Luego, junto con la comunidad, elevó una oración a la Virgen, sellando así un mensaje de esperanza, fe y confianza en el amor de Dios.