SALUDO A LAS Y LOS CATEQUISTAS EN SU DÍA

 

Queridos catequistas de nuestra Diócesis:

En el día del catequista, celebrado junto con la memoria de san Pío X, les hago llegar un saludo y mi reconocimiento por la tarea generosa que realizan en el seno de sus comunidades. ¡Gracias de corazón por este servicio a la Palabra de Dios y el testimonio de vida que lo acompaña y sostiene!

Los encuentros con ustedes, tanto en las visitas pastorales que estoy realizando desde comienzos de este año, como en los momentos más informales que comparto con cada parroquia o capilla, me hacen consciente de los muchos desafíos que la misión de la catequesis conlleva en este tiempo nuevo de la sociedad y de la Iglesia. Pero me permiten palpar también muy de cerca el compromiso, la entrega y de la fecundidad del servicio que realizan, incluso en medio de las dificultades y carencias.

Más adelante espero ofrecerles algunas indicaciones y criterios en relación con la renovación de la catequesis en nuestra Diócesis, en línea con las orientaciones pastorales que señalé en Pentecostés de 2023* y con la llamada del Papa Francisco a una «conversión pastoral y misionera» de toda la Iglesia. Sobre todo esto, la Junta Diocesana de Catequesis ya me ha entregado el informe diagnóstico, acompañado de propuestas, que les había encomendado realizar. Espero responder entonces a las muchas inquietudes y pedidos que me han presentado durante el último tiempo. Por lo pronto, en este mensaje, me gustaría recordar un aspecto que he subrayado en varias de las comunidades a las que visité durante este año.

La catequesis es, de algún modo, un servicio a la Palabra de Dios escuchada, vivida, celebrada y testimoniada en comunidad. Es toda la comunidad cristiana la que se convierte en «catequista» de toda persona que se acerca a la fe. Nuestro servicio de catequistas sólo se comprende desde este horizonte comunitario: lo nuestro es acompañar personas (niña/o, joven, adulto) para que, integrándose poco a poco en la comunidad, lleguen a descubrir la fuerza, el aliento, la vitalidad del Evangelio… y puedan seguir descubriéndolo una vez que la catequesis «termina».

La catequesis cumple su cometido cuando sabe invitar y proponer itinerarios por los que una persona se inserta verdaderamente en una comunidad que cree en el Evangelio, lo celebra y lo testimonia con su anuncio y su servicio. La finalidad de la catequesis no se reduce a la transmisión de contenidos doctrinales o morales, ni a inculcar prácticas de vida sacramental o de oración. Aunque ciertamente nada de esto sea ajeno a la tarea de la catequesis, no agota su misión. Por encima de todo, la catequesis anima la inserción en una comunidad, en la que la formación puede continuar a lo largo de los años y la vida cristiana puede seguir madurando hasta su plenitud. En pocas palabras, nuestra misión de catequistas es animar un camino de pertenencia a Jesucristo vivida en comunidad.

Les agradezco todo lo que hacen en este sentido, y vuelvo a reiterarles mi apoyo, mi confianza y el compromiso de seguir trabajando junto a ustedes para fortalecer nuestra catequesis y hacer que la Buena Noticia resuene también hoy en el corazón y en la vida de nuestro pueblo.

Encomendándolos a la intercesión de la Virgen, Nuestra Señora de la Asunción, de santa Teresa y de san Pío X, nuestros patronos, les deseo un muy feliz día.

Reciban mi saludo y mi bendición.

Padre Obispo Maxi Margni
Obispo de Avellaneda-Lanús

Avellaneda, 21 de agosto de 2024, memoria de san Pío X.

* La carta pastoral está disponible en: avellanedalanus.org.ar.